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Cada vez más personas se atreven a cruzar la peligrosa selva de Darién, en la frontera de Colombia y Panamá, de camino a Estados Unidos. Entre los viajeros también se cuentan miles de niños que tanto solos o acompañados son capaces de cruzar la frontera caminando.

En el último año, según cifras oficiales, por el lugar han transitado cerca de 19 mil niños, lo que traduce en una «creciente afluencia que debería ser tratada urgentemente como una grave crisis humanitaria por toda la región, más allá de Panamá», afirmó Unicef.

Según destaca la directora de Unicef para América Latina y el Caribe, Jean Gough, «Nunca antes nuestros equipos sobre el terreno habían visto a tantos niños pequeños cruzando el Darién, a menudo sin compañía».

El peligro d Darién radica en los animales salvajes que habitan en ella y los grupos criminales que aprovechan la profundidad de la naturaleza para sus actividades.

«Cada niño que cruza el Darién a pie es un sobreviviente», afirmó Gough, al detallar que,»en lo profundo de la jungla, el robo, la violación y la trata de personas son tan peligrosos como los animales salvajes, los insectos y la absoluta falta de agua potable».

Buzón de Noticias