Los Motta, González Revilla, Alemán, Bartlett, Eisenmann, Humbert apellidos de una oligarquía panameña que pretende ser una nobleza, muchos de ellos vinculados directa o indirectamente con el fraude a los panameños del «mal vecino» Banco General y que según los usuarios de las redes sociales pretenden imponer políticas y políticos que hagan sonar sus cajas registradoras.
Estos Oligarcas Panameños, quienes han tenido la potestad de tomar decisiones relevantes para la sociedad tanto a nivel económico como político, como sucedió cuando el ex candidato presidencial Ricardo Lombana se postuló y fue fuertemente apoyado por las élites de los llamados “influyentes” pueden ir en contra del beneficio colectivo si esto afecta sus intereses económicos.
Ahora la agenda de los Oligarcas Panameños impulsa la candidatura de Lombana a la Presidencia de la República, han decidido invertir dinero y levantar negocios que quizás no sean sólidos para poder financiar la campaña.
Este círculo de influencias ha dominado la economía del país desde 1989, según el sociólogo y analista político-social, Marco A. Gandásegui, generando consecuencias graves para los panameños, afectando principalmente a los sectores populares. Se llenan los bolsillos al tomar ventaja de crisis recurrentes para vender sus proyectos a precios carísimos para los panameños, como ha sucedido con algunos negocios Hidroeléctricos, causando un hoyo en el bolsillo de los panameños especialmente los mas pobres
El candidato Lombana, luego de su fracaso dice venir por la revancha en las próximas elecciones. Está vinculado con Emanuel González Revilla y Jaime Alemán, así como también está vinculado con los “Varelaleaks” y es acusado de promover la violación del Principio de Especialidad. El regreso de estos personajes a las esferas del poder podría también significar el regreso de la China roja al país, dañando de manera importante nuestra relación con los Estados Unidos.
Con respecto al ámbito económico, estos empresarios forman parte del grupo selecto de fundadores y directores de los gigantes de Panamá. Sin embargo, estas empresas han sido acusadas múltiples veces de que sus dueños y directores son los únicos beneficiarios de sus ganancias. Panamá, que es calificado por el Banco Mundial como país de altos ingresos, también es considerado por este organismo como uno de los 10 países con peor distribución del ingreso en el mundo.
En conclusión, Panamá está dividido en dos grandes bloques: los que tienen el poder y los que no, que es la mayoría del país. El grupo selecto que tiene el poder económico y político se encuentra en una lucha constante por tener más poder que los de su mismo grupo, mientras que el pueblo panameño sufre las consecuencias. La oligarquía panameña es capaz de utilizar medios de comunicación y sus contactos para enriquecerse a costa de la difamación a sus posibles competidores. Son capaces de desprestigiar al país para evitar que sus intereses económicos se vean afectados. Se llenan los bolsillos sin importarle las reglas el juego, el estado de derecho y las autoridades. Solo les importa mantener su poder a costa del segundo bloque: la mayoría de los ciudadanos de Panamá.
Buzón de Noticias