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De ser un aceptable sustituto de jugos naturales y bebidas gaseosas que actualmente son inaccesibles para los bolsillos venezolanos, el popular Fructus —uno de los jugos en polvo más vendidos en supermercados y abastos del país— se ha convertido en un producto base en el ingenio del ciudadano común para hacerle frente a sus necesidades.

Algunos venezolanos se han arriesgado a preparar arepas o hallacas condimentadas con esta marca de saborizantes, actuando como sustituto de la azúcar.

Sin embargo, de lo descabellada y elocuente que pudiera parecer esta idea de “recetas” con Fructus, estaríamos ante un evento alarmante y peligroso para la salud. Recientes denuncias han revelado que los jóvenes estarían inhalando esta sustancia instantánea de sobre a modo de droga.

Fructus

Aunque en redes sociales usuarios aleguen que se trata de un challenge popular en liceos y colegios del país, y aún no se haya comprobado que este polvo cause algún efecto alucinógeno; el Fructus es parte del mundo de los disolventes que al esnifarse o inhalarse produce una rápida sensación de euforia que se relaciona con la intoxicación alcohólica seguida por somnolencia, desinhibición, aturdimiento y agitación.

Lo cierto es que este tipo de bebidas concentradas no son una novedad en el mercado venezolano. Tanto el Fructus, como otras marcas reconocidas, están al alcance de jóvenes y adultos y desde siempre han tenido su impacto; al tiempo que se consume diariamente sin medir consecuencias por su alto concentrado de azúcar.

Esta sustancia es un producto de venta libre en el país.

Valeria Fernandez