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El canciller del gobierno encargado de Venezuela, Julio Borges, alertó el miércoles en Washington sobre la influencia que el Foro de Sao Paulo está ejerciendo sobre los países de la región.

“Lo que estamos viviendo ahora en Venezuela es como una enfermedad que se propaga sobre” Latinoamérica, dijo Borges en un evento celebrado en el marco de su visita a la capital de Estados Unidos, donde se reunió con legisladores y funcionarios del gobierno de Donald Trump.

El canciller hizo referencia a las protestas que han tenido lugar en Chile y Ecuador, en las últimas semanas, y dijo que se tratan de una “alarma temprana sobre lo que podría suceder en las democracias” en Latinoamérica.

Borges

“Si uno ve la intensidad de la violencia y de los movimientos radicales, puede ver que no tienen una motivación política”, dijo el canciller, quien hizo eco de las denuncias, por parte del gobierno ecuatoriano, de que el hecho de que personas de origen venezolano hayan sido capturadas durante la protestas es una prueba de la influencia de Maduro.

En su visita a la capital estadounidense, hace dos semanas, el ministro de relaciones exteriores de Ecuador, José Valencia, dijo que su gobierno tenía “una serie de pruebas muy preocupantes” que vinculan a Venezuela con “los disturbios violentos” que vio su país.

“Vivimos esa situación, hace 30 años, en Venezuela en el Caracazo”, aseguró Borges, quien también culpó al “activismo cubano” de promover la desestabilización en la región.

“Estamos esperando otros movimientos en Guatemala y Honduras donde hay presencia de activismo cubano”, enfatizó el canciller.

Borges dijo que uno de los problemas que más preocupa al gobierno interino —y que fue un punto clave durante su visita a DC — es el apoyo económico que Venezuela está dando a Cuba, a través del petróleo.

“Maduro está enviando a Cuba 100.000 barriles de petróleo diarios”, resaltó Borges y dijo que, en sus reuniones con legisladores, el equipo de representantes de Guaidó presentó propuestas para ayudar a reducir el influjo de crudo a la isla.

Si la situación en Venezuela sigue con el paso actual, dijo el canciller, el país suramericano corre el riesgo de convertirse en una “segunda Cuba”.

“Las personas creen que estamos exagerando y que somos paranoicos (…) pero [hay que ver] si las democracias van a permitir una segunda cuba con petróleo, oro y crimen organizado”, dijo Borges.