El coronavirus, que afectó a gran parte de los países del Caribe en el 2020, arrastró sus efectos hasta el 2022, que terminó con apuros económicos y altos niveles de criminalidad.
Los países caribeños vieron sus economías lastradas por la inflación provocada por la guerra en Ucrania, debido a que son mayoritariamente importadores netos de alimentos y combustible.
En Bahamas, un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) de la ONU estimó que la pandemia provocó pérdidas de 9.500 millones de dólares, así como la merma de decenas de miles de empleos y efectos a largo plazo en el sector turístico.
La pobreza y la desigualdad social y económica aumentó y solamente el sector laboral se recuperó parcialmente el año pasado, mientras que los esfuerzos gubernamentales para mitigar los efectos de la pandemia llevaron a un aumento de la deuda pública y de los desequilibrios macroeconómicos.
Buzón de Noticias