El pesebre ha sido representado desde el siglo Xll como característica del «belenismo» o construcción de «belenes» consistente en la dramatización o imagen del nacimiento del Niño Dios en la tierra. Sin embargo, esta tradición ha pasado por varias transformaciones desde sus comienzos, siendo incluso en un principio la costumbre de la aristocracia europea, más no de los humildes, pues se consideraban «indignos» para estas prácticas.
El primer nacimiento fue dramatizado en 1223 por el santo italiano y fundador de la Orden Franciscana, San Francisco de Asis, pero, a diferencia de los acostumbrados y vistos a lo largo de los años, este no fue conocido con figuritas de arcilla o plástico.
El mismo fue orquestado con animales y personas de carne y hueso que interpretaron cada uno de los personajes ilustres que integran el nacimiento.
Posterior a esa ocasión, las diferentes culturas que ejercían el poder en media europa como las griegas, romanas, jesuítas, etc, empezaron a realizar los nacimientos para la predicación ciudadana. En el siglo XlV comenzó en la península itálica y fue pasando al resto del viejo continente.
No fue hasta el siglo XVlll cuando el Rey Carlos Vll de Nápoles se convirtió en el Rey de España y permitió a toda la popularidad española realizar la construcción de sus propios nacimientos, aparte de la aristocracia libertadora que se acrecentaba en ese entonces.
La llegada a América
Con la disolución del decreto papal por orden de los jesuítas, también fue en el siglo XVlll que se permitió la costumbre del «pesebre» como es conocido en Venezuela y toda Latinoamérica. A diferencia de los europeos, en el Caribe y toda Sudamérica se implementaron «plantas» ficticias a los mismos. Esto con la particularidad de que se crea el nacimiento de Jesús en tierras americanas, aunque es bien sabido que el hijo de Dios nació en Belén, Estado de Palestina.
Te ayudamos a armar tu propio pesebre, mira el siguiente vídeo:
Andrés Finol
Buzón de Noticias