Nicolás Maduro indicó este viernes en Bakú a “reconocer la legitimidad” de la reelección del boliviano, Evo Morales, en primera vuelta en las elecciones de su país.
Vaya toda nuestra solidaridad para el pueblo de Bolivia y muy especialmente para el hermano presidente Evo Morales Ayma. Enfrenta una campaña de desestabilización, hoy enfrenta un golpe de Estado apoyado desde el exterior para desconocer la voluntad soberana del pueblo boliviano
Dijo Maduro en un discurso en la apertura de la cumbre del Movimiento de Países No Alineados, en la capital de Azerbaiyán.
En ese sentido, pidió al Movimiento de No Alineados “reconocer la legitimidad del triunfo de Evo Morales Ayma en Bolivia contra las fuerzas colonistalistas”.
Morales fue reelegido en primera vuelta de las elecciones del domingo, según resultados oficiales difundidos el jueves tras un polémico escrutinio; mientras, el opositor Carlos Mesa denunció un fraude, en medio de pedidos internacionales de ir a un balotaje.
Con el 99,99 % de los votos escrutados, Morales ganaba con el 47,07%, seguido por Mesa, que conseguía el 36,51 % (10,56 puntos de diferencia), de acuerdo con el resultado parcial pero irreversible que mostraba el sitio web del Tribunal Supremo Electoral (TSE).
La ley señala que un candidato gana en primera vuelta si obtiene al menos el 40% de los sufragios con 10 puntos de distancia sobre el segundo. Morales, en el poder desde 2006, tendrá un cuarto mandato 2020-2025.
Nicolás Maduro también denunció a la FMI
Además, Maduro arremetió contra las “medidas económicas neoliberales brutales”, instrumentadas “por gobiernos satelitales de Washington” y el Fondo Monetario Internacional (FMI), y sostuvo que las “agresiones económicas y financieras” de algunas potencias actualmente “son tan letales como sus ejércitos”.
Durante su discurso en la XVIII cumbre del Movimiento de Países No Alineados (Mnoal), que se inauguró este viernes en la capital de Azerbaiyán, Maduro dijo que “los nuevos modos de guerra internacional se refieren a las agresiones ahora en lo económico” de algunos países e instituciones contra la población, contra los “sectores más vulnerables” como los niños, las mujeres y los ancianos.