Desde muchos años en los lugares donde cae nieve se cuenta la historia del Yeti, el abominable hombre de las nieves. Muchas son las leyendas y mitos que mantienen viva esta creencia.
Para hablar sobre esta criatura, hay que tener en cuenta que hay diversas leyendas sobre su origen.
La primera proviene del de los budistas del Himalaya, ellos contaban que un simio gigantesco, de pelo blanco y largo, se aparecía en las épocas de más frío por las montañas.
En 1920 un grupo de excursionistas que regresaban de escalar el Everest afirmaron haber visto pisadas en la nieve.

En 1930 se conocían relatos de excursionistas que iban camino a Nepal y se encontraron con una criatura bípeda que correspondía con las descripciones del Yeti.
Pero no fue hasta años más tarde que el explorador británico Laurence Waddell el que reportó la existencia de huellas de gran tamaño y llegó a la conclusión de que podría existir una criatura con características como las descritas sobre el Yeti, pero que nadie lo había visto realmente, sino que hablaban de visiones de otras personas.
En 1954 un grupo de exploradores se decidió a buscar evidencias reales de la criatura en una gran expedición sobre el Himalaya, recorrieron las montañas durante seis meses, sin más resultados que leyendas y conjeturas sobre el Yeti, pero ninguna prueba certera de sus existencia.
No fue hasta el 2016 que un grupo de investigadores analizaron 9 muestras de ADN que podrían ser del Yeti, encontradas en el Himalaya y el Tibet. Ninguna correspondió a esta extraña criatura, sino que pertenecían a grandes osos, perros y animales ya conocidos.
Buzón de Noticias