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Después de la trágica y devastadora explosión ocurrida este martes en el puerto de Beirut, capital de Líbano, mucho se ha hablado sobre las causas de tal accidente que generó más de cien muertes y miles de heridos.

Justo después de la explosión, el primer ministro y el presidente aseguraron que la explosión se generó por las 2.750 toneladas de nitrato de amonio, utilizado en fertilizantes y bombas, que estaban almacenadas en el lugar sin tener ninguna medida de seguridad.

Asimismo, el director general de la Aduana Libanesa, Badri Daher, declaró que la aduana había enviado seis documentos al poder judicial advirtiendo que el material almacenado representaba un peligro.

Y hace seis meses, según declaraciones de un empleado, se realizó una inspección en el puerto donde advirtieron que si no se movilizaba el nitrato, ocurriría una explosión que «volaría todo Beirut».

Claramente, ninguna de las advertencias fueron consideradas y la explosión sucedió.

Buzón de Noticias