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Para muchos, es la mejor película del 2019, los cines de todo el mundo están completamente llenos, dirigida por Todd Phillips e interpretada por Joaquin Phoenix como el «Joker», quien impresionó con la pérdida de kilos que tuvo que hacer para dar la mejor versión  posible.

Para convertirse en Joker, el actor perdió hasta 23 kilos en ocho meses, por lo que su anatomía cambió completamente, se alimentaba con una manzana al día. También tomaba, entre otras cosas, lechuga y judías verdes al vapor. Trabajó con un médico de confianza que lo orientaba y se encargaba de controlar todo el proceso.

Además el proceso no fue fácil, pues le afectó psicológicamente: “Comer poco me afectó psicológicamente.

Por otro lado, Phoenix ha reconocido que su delgadez afectó a cómo interpretó al personaje. “Al estar tan delgado sentí que era capaz de mover mi cuerpo de maneras que nunca había podido. Y creo que eso realmente aportó personalidad al personaje. Había previsto que con la pérdida de peso sentiría insatisfacción, hambre, debilidad y una especie de vulnerabilidad. Pero no pensé en la sensación de fluidez a la que llegué”.

Muchas personas han mostrado su indignación en las redes sociales,  consideran que lo que describe Phoenix son los síntomas de algunos trastornos alimenticios y que no es positivo que alguien con tanto poder de influencia hable de ello “como si fuese algo que puedas controlar”.